investigando lavavajillas
Feb. 4th, 2014 08:19 am![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png){kind=small}
sam_blueskyEste pasado sábado fui con mi madre a mirar lavavajillas. Fue una tarde entretenida, estuvimos dándole la brasa a la vendedora un buen rato, y como siempre acabamos mirando marcas caras, porque mi madre casi tira las bandejas de un Bosch por el escaparate al ver la de plástico que tenían. Y luego se le derritió el corazón cuando vio el interior de un Miele. (Miele es la marca de los feels de mi madre para electrodomésticos. Y por el histórico que tenemos en casa, son feels ganados a pulso.)
Mi madre y yo compartimos la opinión que a veces merece la pena gastarse algo más de dinero para ir a por un producto de algo más de calidad. Pero creo que es diferente cuando lo compras tú mismo que cuando te lo compran. Que sí, es un regalo, pero no deja de saberte mal que se gasten más dinero del estrictamene necesario.
Es curioso, porque si fuera yo, quizá no me lo pensaría tanto y sencillamente iría a por el más caro, para estar más tranquilo. Y más viendo que el Miele que estuvimos mirando estaba de oferta y valía lo mismo que el Bosch que ya habíamos preseleccionado buscando por internet.
Pero claro, cuando es un regalo, pues ya se te retuerce un poquito el estómago cuando piensas en lo que podrían ahorrarse si bajamos un poco el nivel. Que a un lavaplatos no es que le vaya a dar mucha caña en casa, viviendo solo a base de hervidos y plancha. (Mi vida alimentaria es una fiesta. Pero mira que disfruto los desayunos y las meriendas, ya ves tú qué tontá, un batido o cereales y doy palmas con las orejas. Soy fácil de contentar.)
Aún no tengo del todo claro qué voy a hacer. El Bosch comprado por internet nos sale a la mitad de precio que en la tienda. Incluso pagando portes e instalación sale mucho más barato que el Miele. Y tampoco es un producto tan malo.
Esta tarde, cuando salga de logopedia, pasaré por casa y lo hablaré con ella, a ver si le parece bien. Podríamos incluso mirar el Miele por los internets, a ver qué tal.
Y cuando el sábado terminamos de darle la tabarra a la de la tienda, nos pusimos a mirar electrodomésticos: que si licuadoras, que si picadoras, que si... En fin, ya sabéis, trastos de estos que tampoco es que vayas a usar tres veces al día pero que para según qué te vienen de muerte.
Estaba buscando algo que me permitiera picar los copos de avena para hacer harina de avena. No he encontrado la harina en ninguno de los supermecados que tengo cerca de casa, así que busco otras opciones. Los copos los tengo bien localizados, y no son excesivamente caros, no me parece mala inversión comprarme algo para picar. Y también lo podría usar para picar fruta congelada (si es que encuentro frambuesas congeladas algún día. Soy horrible comprando cosas, nunca encuentro lo que quiero), y frutos secos, y... Una miríada de posibilidades para la repostería creativa.
También puedo ir a casa de mi madre y gorronearle la thermomix un rato, pero no sé si irá del todo bien. Hombre, si puede hacer azúcar glassé, digo yo que esto será tres cuartos de lo mismo...
En fin. Como a mi madre también le gusta mirar estas cositas, pues nos echamos unas risas, que ya va bien.
Luego fuimos al abacus, a mirar las pizarras magnéticas que tenían. Que por lo visto el expositor y la web te dicen una cosa, pero preguntas en Material y te dicen otra. La medida que buscaba, con marco metálico, resulta que la tienen que hacer por encargo, y se dispara un huevo de precio. Vamos, para una pizarra de 60x90 tampoco hace falta pagar tanto.
Pero no pasa nada, porque amortizamos el viaje mirando todo lo que hay. Y es que mi madre tiene la misma perdición por objetos de papelería que tengo yo. (Diría que ya sé a quién he salido, pero es que mi padre es igual xD). Al final salimos de la tienda con unos marcadores de página de post-it reshulos (que voy a usar para la ficha de mi personaje en la partida de Anima: Beyond Fantasy que estamos preparando con los masieros), una libreta, bolis, pilots, celo, imanes redondos para la pizarra magnética que me regalaron por Reyes pero que no voy a usar y que se queda mi madre... Vamos, que nos rifamos.
Y luego para terminar nos pasamos por el culinarium, a mirar trastos de cocina XD Porque somos unos enfermos pero nos da igual.
(No, no compramos nada. La verdad es que últimamente lo veo un poco vacío, el culinarium. Y mira que yo soy fan, que me compro de todo casi cada vez que entro.)
Mi madre y yo compartimos la opinión que a veces merece la pena gastarse algo más de dinero para ir a por un producto de algo más de calidad. Pero creo que es diferente cuando lo compras tú mismo que cuando te lo compran. Que sí, es un regalo, pero no deja de saberte mal que se gasten más dinero del estrictamene necesario.
Es curioso, porque si fuera yo, quizá no me lo pensaría tanto y sencillamente iría a por el más caro, para estar más tranquilo. Y más viendo que el Miele que estuvimos mirando estaba de oferta y valía lo mismo que el Bosch que ya habíamos preseleccionado buscando por internet.
Pero claro, cuando es un regalo, pues ya se te retuerce un poquito el estómago cuando piensas en lo que podrían ahorrarse si bajamos un poco el nivel. Que a un lavaplatos no es que le vaya a dar mucha caña en casa, viviendo solo a base de hervidos y plancha. (Mi vida alimentaria es una fiesta. Pero mira que disfruto los desayunos y las meriendas, ya ves tú qué tontá, un batido o cereales y doy palmas con las orejas. Soy fácil de contentar.)
Aún no tengo del todo claro qué voy a hacer. El Bosch comprado por internet nos sale a la mitad de precio que en la tienda. Incluso pagando portes e instalación sale mucho más barato que el Miele. Y tampoco es un producto tan malo.
Esta tarde, cuando salga de logopedia, pasaré por casa y lo hablaré con ella, a ver si le parece bien. Podríamos incluso mirar el Miele por los internets, a ver qué tal.
Y cuando el sábado terminamos de darle la tabarra a la de la tienda, nos pusimos a mirar electrodomésticos: que si licuadoras, que si picadoras, que si... En fin, ya sabéis, trastos de estos que tampoco es que vayas a usar tres veces al día pero que para según qué te vienen de muerte.
Estaba buscando algo que me permitiera picar los copos de avena para hacer harina de avena. No he encontrado la harina en ninguno de los supermecados que tengo cerca de casa, así que busco otras opciones. Los copos los tengo bien localizados, y no son excesivamente caros, no me parece mala inversión comprarme algo para picar. Y también lo podría usar para picar fruta congelada (si es que encuentro frambuesas congeladas algún día. Soy horrible comprando cosas, nunca encuentro lo que quiero), y frutos secos, y... Una miríada de posibilidades para la repostería creativa.
También puedo ir a casa de mi madre y gorronearle la thermomix un rato, pero no sé si irá del todo bien. Hombre, si puede hacer azúcar glassé, digo yo que esto será tres cuartos de lo mismo...
En fin. Como a mi madre también le gusta mirar estas cositas, pues nos echamos unas risas, que ya va bien.
Luego fuimos al abacus, a mirar las pizarras magnéticas que tenían. Que por lo visto el expositor y la web te dicen una cosa, pero preguntas en Material y te dicen otra. La medida que buscaba, con marco metálico, resulta que la tienen que hacer por encargo, y se dispara un huevo de precio. Vamos, para una pizarra de 60x90 tampoco hace falta pagar tanto.
Pero no pasa nada, porque amortizamos el viaje mirando todo lo que hay. Y es que mi madre tiene la misma perdición por objetos de papelería que tengo yo. (Diría que ya sé a quién he salido, pero es que mi padre es igual xD). Al final salimos de la tienda con unos marcadores de página de post-it reshulos (que voy a usar para la ficha de mi personaje en la partida de Anima: Beyond Fantasy que estamos preparando con los masieros), una libreta, bolis, pilots, celo, imanes redondos para la pizarra magnética que me regalaron por Reyes pero que no voy a usar y que se queda mi madre... Vamos, que nos rifamos.
Y luego para terminar nos pasamos por el culinarium, a mirar trastos de cocina XD Porque somos unos enfermos pero nos da igual.
(No, no compramos nada. La verdad es que últimamente lo veo un poco vacío, el culinarium. Y mira que yo soy fan, que me compro de todo casi cada vez que entro.)
