por esto no podemos tener cosas buenas

Cómo me tocan las narices los bancos.

Mientras tienes la nómina con un banco todo son facilidades y sonrisas, pero en el momento en que te mudas a otro banco por cuestiones de peso (como, por ejemplo, irte a un banco que te ofrece una hipoteca tan permisiva que puedes dejar de alimentarte de la luz solar) todo son problemas.

En mi anterior banco tenía un plan de ahorros que en Verano decidí cancelar, porque el coste de mantenimiento era mucho mayor que los intereses que generaba, y acababan quitándome dinero porque no había suficiente volúmen. Así que me personé en la oficina, solicité la cancelación y trasladaron todo el saldo del plan de ahorro a la cuenta corriente. Eso fue el 29 de Agosto.

El 30 de Agosto me encontré con que habían movido dinero de nuevo al plan de ahorro, cosa que consideré extraña. Pero teniendo en cuenta que la chica el día de antes me había dicho que había alguna directiva que le impedía anular cierta regla vinculada a mi plan de ahorro, supuse que tenía sentido.
Decidí darle un par de días más.

Ahora, un mes y medio después, me pongo a investigar y veo que no sólo siguen haciendo operaciones extrañas entre la cuenta corriente y el plan de ahorros para mantenerlo a un mínimo que yo no he pedido, sino que además me han desasignado a mi asesor personal para que no tenga a nadie de mi oficina con quien contactar. Si quiero un asesor, tengo que rellenar un formulario y tramitar no-se-qué mierdas.

Culpa mía por no haberlo mirado antes, desde luego. Pero vaya tela. Y por supuesto no tienes a nadie a quien quejarte.

Me mantenía en este banco porque la tarjeta de débito del nuevo no me deja comprar por internet. Pero viendo esto, me da a mí que los voy a enviar a tomar viento fresco y voy a hablar con mi banco para que me digan por qué no puedo comprar con mi tarjeta en amazon.co.uk.

Este viernes tendré que ponerme el traje de adulto.