tontás matutinas
Dec. 9th, 2013 12:48 pmEsta mañana, mientras andaba hacia el trabajo, estaba pensando cuánto hace que no caigo enfermo. Esto pasa cuando te levantas a las seis de la mañana: piensas cosas raras.
No hablo de un catarro que te moleste unos días (o unas semanas, si eres un buen huésped), sino de quedarte incapacitado en la cama, sintiéndote morir, contando cómo cada milímetro de tu sistema nervioso te hace lamentar seguir respirando.
(¿No es maravilloso estar enfermo?)
Y creo que la última vez que quedé totalmente anulado como ser vivo fue hace más o menos dos años, cuando me dio ese mareo épico. Fue muy divertido, levantarme para desayunar y que el mundo decidiera rotar ante mis ojos. Luego revisité la cena (no me gustó tanto esta segunda vez), y me tumbé y llamé a mi madre porque teníamos comida familiar y no estaba yo con cuerpo para andar, mucho menos para comer en público.
Pero no, acudí al compromiso, y aunque por algún milagro acabé comiéndomelo todo y aguantándolo, tuve que tumbarme en la que había sido mi cama en casa de mis padres y me quedé fuera de juego durante horas.
El "pues sí que se encontraba mal" de mi familia me sentó épico.
Pues nada, a seguir con la racha de buena salud. (Sin contar los molestos resfriados, pero eso es inevitable. Lo único que se puede hacer es pasarlos.)
No hablo de un catarro que te moleste unos días (o unas semanas, si eres un buen huésped), sino de quedarte incapacitado en la cama, sintiéndote morir, contando cómo cada milímetro de tu sistema nervioso te hace lamentar seguir respirando.
(¿No es maravilloso estar enfermo?)
Y creo que la última vez que quedé totalmente anulado como ser vivo fue hace más o menos dos años, cuando me dio ese mareo épico. Fue muy divertido, levantarme para desayunar y que el mundo decidiera rotar ante mis ojos. Luego revisité la cena (no me gustó tanto esta segunda vez), y me tumbé y llamé a mi madre porque teníamos comida familiar y no estaba yo con cuerpo para andar, mucho menos para comer en público.
Pero no, acudí al compromiso, y aunque por algún milagro acabé comiéndomelo todo y aguantándolo, tuve que tumbarme en la que había sido mi cama en casa de mis padres y me quedé fuera de juego durante horas.
El "pues sí que se encontraba mal" de mi familia me sentó épico.
Pues nada, a seguir con la racha de buena salud. (Sin contar los molestos resfriados, pero eso es inevitable. Lo único que se puede hacer es pasarlos.)