![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Estos días de fiestas navideñas he hecho, entre montar muebles y mover cajas y ser engullido por el torbellino de la nostalgia, algo que hacía tiempo que no hacía: jugar a videojuegos. Diré más: jugar a videojuegos de nintendo.
Creo que fue el día de Navidad que mi hermana y yo jugamos un poco al mario kart 8 de switch. No jugamos mucho, sólo una copa (cuatro carreras). Por primera vez prácticamente desde el super mario kart en la super nintendo, no gané. Pero lo relevante no fue eso, si no que recordé lo bien que me lo paso con los juegos de nintendo.
Soy mucho de rpgs tochos, de pasar horas y horas en el mismo juego, de querer encontrar un mundo en el que perderme. Y, si tengo que ser sincero, diría que ya lo he encontrado con la recuperación de City of Heroes (algo de lo que no sé si he hablado. Sé que el tema ha salido, pero no sé si escribí La Entrada sobre El Renacer de City of Heroes); y eso puede explicar por qué me cueste tanto jugar a otros juegos.
Claro que quiero (y voy a) perderme en EXA_PICO (pero cuando termine de ver Ciel NoSurge... ¡No sin mi lore! ¬¬U). Y ayer empecé Star Ocean: First Departure R porque es otra saga que también quiero disfrutar. Por no hablar de todos los Atelier que tengo haciéndome ojitos (que en parte no los empiezo porque me da lástima terminarlos... o porque me da pena no hacerlo bien. El pánico del perfeccionista es real ¬¬U). Y dejaremos de lado Final Fantasy VII Remake/Rebirth, como hice cuando reempecé la primera parte después de FFXVI porque iba a jugar al Rebirth nada más terminar Remake y al final ahí está muerto de la risa porque la vida ¬¬U
Pero el precio mental de entrar en esos juegos es elevado. Es saber que vas a invertir en ellos un montón de tiempo, porque es mejor jugarlo del tirón para no olvidar los sistemas y lo que estabas haciendo so pena de impactar en el disfrute del juego y deslustrar su recuerdo y la experiencia.
¿Sabéis qué juegos tienen un precio mental de entrada bajo? ¿Incluso sin estar de rebajas? ¿Pero que te lo tiran a la cara nada más abrir el estuche, sabes? Los de nintendo.
No significa que no sean complejos o que no jugar durante un tiempo no te oxide o que no requieran recordar los sistemas en los sistemas (Xenoblade Chronicles, Fire Emblems, Bayonettas...), porque sagas hay muchas. Pero, ¿un Mario?, ¿un Pokémon?, ¿un Kirby?
Claro que hay habilidad, claro que hay entresijos. Recordemos que la gente hace competiciones de excel, que de todo hay un nivel maestro que requiere una familiaridad con sus entrañas que denota obsesión enfermiza. Y completar un plataformas de nintendo al 100% es como sacarse un master.
Y, por encima de todo, se hacen querer. Son adorables. Son entrañables. Son una delícia para la vista. Están llenos de detalle, de vida, de alegría. Varias veces lo he comentado cuando hacía resúmenes de los Nintendo Direct: aman con pasión lo que hacen, y los Direct son una explosión de jolgorio y color, una energía vital propia de la juventud: todo ilusión y cero cinismo.
(Para compensar todo lo que no son como compañía, supongo ¬¬U)
Eso es lo que me ha llevado a jugar de nuevo a juegos de la switch. No sesiones maratonianas como antaño, que la última que tuve fue en noviembre de 2022 con gen9 de Pokémon y Micra tumbándose encima poco antes de despedirnos, pero sí un ratito cada pocos días. Porque son juegos que te abrazan y te acunan y te recuerdan todo lo bonito del mundillo. Y quién puede negarse a un plan así con los días que corren.
Los juegos de nintendo son magia en su más pura expresión. Son preciosistas con un estilo juguetón y divertido, son detallistas con guiños para quien sepa ver, son divertidos sin pretensiones ni promesas con las que robarte tu preciado tiempo.
Pokémon, Mario, Kirby... Son juegos que quiero, pero son juegos que se hacen querer. Y por eso ha sido tan fácil jugar de nuevo a juegos de nintendo switch.
... Vale, sí, lo confieso: no a cualquier juego de switch. He jugado sobre todo a Mario Kart 8. Pero no sólo para practicar y no volver a perder ¬¬U De verdad, caray ¬¬U
Creo que fue el día de Navidad que mi hermana y yo jugamos un poco al mario kart 8 de switch. No jugamos mucho, sólo una copa (cuatro carreras). Por primera vez prácticamente desde el super mario kart en la super nintendo, no gané. Pero lo relevante no fue eso, si no que recordé lo bien que me lo paso con los juegos de nintendo.
Soy mucho de rpgs tochos, de pasar horas y horas en el mismo juego, de querer encontrar un mundo en el que perderme. Y, si tengo que ser sincero, diría que ya lo he encontrado con la recuperación de City of Heroes (algo de lo que no sé si he hablado. Sé que el tema ha salido, pero no sé si escribí La Entrada sobre El Renacer de City of Heroes); y eso puede explicar por qué me cueste tanto jugar a otros juegos.
Claro que quiero (y voy a) perderme en EXA_PICO (pero cuando termine de ver Ciel NoSurge... ¡No sin mi lore! ¬¬U). Y ayer empecé Star Ocean: First Departure R porque es otra saga que también quiero disfrutar. Por no hablar de todos los Atelier que tengo haciéndome ojitos (que en parte no los empiezo porque me da lástima terminarlos... o porque me da pena no hacerlo bien. El pánico del perfeccionista es real ¬¬U). Y dejaremos de lado Final Fantasy VII Remake/Rebirth, como hice cuando reempecé la primera parte después de FFXVI porque iba a jugar al Rebirth nada más terminar Remake y al final ahí está muerto de la risa porque la vida ¬¬U
Pero el precio mental de entrar en esos juegos es elevado. Es saber que vas a invertir en ellos un montón de tiempo, porque es mejor jugarlo del tirón para no olvidar los sistemas y lo que estabas haciendo so pena de impactar en el disfrute del juego y deslustrar su recuerdo y la experiencia.
¿Sabéis qué juegos tienen un precio mental de entrada bajo? ¿Incluso sin estar de rebajas? ¿Pero que te lo tiran a la cara nada más abrir el estuche, sabes? Los de nintendo.
No significa que no sean complejos o que no jugar durante un tiempo no te oxide o que no requieran recordar los sistemas en los sistemas (Xenoblade Chronicles, Fire Emblems, Bayonettas...), porque sagas hay muchas. Pero, ¿un Mario?, ¿un Pokémon?, ¿un Kirby?
Claro que hay habilidad, claro que hay entresijos. Recordemos que la gente hace competiciones de excel, que de todo hay un nivel maestro que requiere una familiaridad con sus entrañas que denota obsesión enfermiza. Y completar un plataformas de nintendo al 100% es como sacarse un master.
Y, por encima de todo, se hacen querer. Son adorables. Son entrañables. Son una delícia para la vista. Están llenos de detalle, de vida, de alegría. Varias veces lo he comentado cuando hacía resúmenes de los Nintendo Direct: aman con pasión lo que hacen, y los Direct son una explosión de jolgorio y color, una energía vital propia de la juventud: todo ilusión y cero cinismo.
(Para compensar todo lo que no son como compañía, supongo ¬¬U)
Eso es lo que me ha llevado a jugar de nuevo a juegos de la switch. No sesiones maratonianas como antaño, que la última que tuve fue en noviembre de 2022 con gen9 de Pokémon y Micra tumbándose encima poco antes de despedirnos, pero sí un ratito cada pocos días. Porque son juegos que te abrazan y te acunan y te recuerdan todo lo bonito del mundillo. Y quién puede negarse a un plan así con los días que corren.
Los juegos de nintendo son magia en su más pura expresión. Son preciosistas con un estilo juguetón y divertido, son detallistas con guiños para quien sepa ver, son divertidos sin pretensiones ni promesas con las que robarte tu preciado tiempo.
Pokémon, Mario, Kirby... Son juegos que quiero, pero son juegos que se hacen querer. Y por eso ha sido tan fácil jugar de nuevo a juegos de nintendo switch.
... Vale, sí, lo confieso: no a cualquier juego de switch. He jugado sobre todo a Mario Kart 8. Pero no sólo para practicar y no volver a perder ¬¬U De verdad, caray ¬¬U