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¿Por qué será que cuando el día empieza ni bien ni mal y de repente un mail-bomba envía tu estado de ánimo directo al wankeo (yo es que soy fácil de arrastrar, cuando me cruzo con el veletismo), luego el día se recupera fácilmente y todo es maravilloso?

Ha sido un día duro en la oficina, pero al menos hemos hablado mucho y algo en claro hemos sacado.

Sigo sin ver cómo nos las apañaremos para todo lo que hay que hacer, y más ahora que el flujo de mails-veleta se ha incrementado y tenemos dos por semana de esos que te hacen decir "olé tus narices, macho".

Como decía, el día ha mejorado. Mi madre está lo suficientemente bien como para que hoy mis padres hayan decidido re-engancharse a las clases de bailes de salón (lo que me recuerda que yo debería re-engancharme al gym. Un mes de éstos).
Aunque el agotamiento y las energías van y vienen y ahora parece que ha pillado algo gastrointestinal (estamos a esto de cantar línea) y mi abuela está lo suficientemente bien en la residencia como para haber vuelto a ser lo arisca que es cuando se encuentra bien estando algo tocada (terca que es la joía. Bueno, como toda la familia. De ahí nos viene), parece que ya la recuperación está en muy buen camino.

Un motivo de alegría, la verdad.

(Luego está este fic de oconel y nefernat que le mejora el día a cualquiera)