Después de un tiempo muy largo de espera (porque lo bueno llega a quien sabe esperar) tenemos una
nueva entrega de
El Dragón del Desierto. Yay!
Anteriormente, en el Dragón del Desierto...Leydhen cabalga a Karian'd por Gelatilandia, pero resbala (aún no sabemos en qué, pero tenemos una idea aproximada bastante acertada) y cae a un mundo desconocido. Y resbaló tanto que siguió cayéndose hasta caer presa de Achmed y su harem de Hombres Alegres, quienes la recibieron con jolgorio y alegría. Fiestas que han pasado a la historia se celebraron cuando Leyd les descubrió a Devania y sus multiusos.
Mientras Leyd disfrutaba de la hospitalidad de Achmed, se encontró con No!Aitkiar, la versión de ese mundo de la Aitkiar que ella había conocido en la Fortaleza Itinerante. Al final se les hizo tarde a ambas y cuando vino el dracotaxi de No!Aitkiar ambas se fueron. Pero Leyd recordó que se había dejado a Devania en la tienda de Achmed y volvió en su busca, y No!Aitkiar decidió dejarla tirada (el mundo de las mujeres es muy cruel).
Achmed estuvo tan feliz de ver que Leyd no se había ido antes de empezar el viaje a la Ciudad de la Perversión que le dio un pase VIPs con el que, cuando llegaron, obtuvo acceso a una de las más lujosas habitaciones del hotel de mayor renombre de todo el país, plagada de mujeres de buen ver y hombres en taparrabos de diseño ("D&G, nena"). Leyd flirtea con uno de esos hombres, un morenazo de piel dorada, pero el tío le cuenta una historia de Amor
retorcida y cruel Épico y Verdadero donde un dios mediodragón asalta a un ave de plumaje de todos los colores del espectro visible.
Mientras Leyd disfruta de la compañía, el Karian'd y Aitkiar, que han ido a recoger a la Emperatriz, están disfrutando del viaje de novios con el caballero que les ha casado como
gorrón descarado acompañante inesperado.
( Y ahora... )