¡Ayer tuve dentista!
No tenía claro para qué era la visita, porque no me dijeron nada en su momento y tampoco se me ocurrió preguntar. Ahora ya lo sé. Oficialmente el tratamiento terminó en Enero, así que ahora estoy en el régimen de visitas periódicas para ver que todo va bien. Como cualquier otra persona debería hacer. ¡Ya soy normal! (O menos anormal que antes ¬¬U) Ya puedo ir al dentista una o dos veces al año para hacer chequeos y ya.
Sí, sigo llevando las férulas, y sigo siendo muy consciente de que cualquier desliz me llevará de nuevo a los brazos de la ortodoncia. Pero aunque me lo pasé bien con ella (y creo que ha sido la relación más larga que he tenido con cualquier cosa; el banco y yo aún no llevamos tanto tiempo casados), no es alguien a quien me gustaría volver a tener en mi vida otra vez. Porque es bueno, pero también acarrea mucho dolor. Y el mantenimiento, madre de $deity.
Tener el alta significa también que se me acabó el chollo de salir disparado de la consulta sin pagar. Ahora ya tengo que volver a desembolsar cada vez que visito a la dentista. No todo son ventajas. (Lo sé, extremadamente catalán. Qué le vamos a hacer.)
En la visita de ayer lo único que hizo fue evaluar cómo estaba la situación. Las cosas van bien, así que hasta el año que viene no me toca limpieza dental. Tengo un poco de sarro, pero por lo visto mi técnica cepilladora es excelente así que no hay que intervenir por ahora. ¡Toma!
Lo que no es tan excelente es mi técnica hilvanadora, porque tengo las encías ligeramente inflamadas. Así que tengo que empezar a pasarme el hilo dental. No tengo ni idea de cómo va, y me da un poco de cosica porque las pocas veces que lo usé me acababa sangrando la encía, pero todo sea por la salud dental.
Veniendo como vengo de una familia con facilidad para la gingivitis y demás, tengo que ir con mucho cuidado con esto si pretendo que mis dientes me duren el tiempo suficiente.
Le pregunté todo lo que quería preguntar, así que minipunto para mí y mi limitada capacidad de atreverme a preguntar a figuras de autoridad.
Me dijo que ni idea de logopedas.
También me dijo que me dejara de tontás con las férulas y que las llevara doce horas sí o sí. ¿Que se mueven? ¡Pues es normal! Yo creo que después de nueve meses llevándolas lo que toca, los dientes deberían empezar a acomodarse a su nueva posición. Pero ella considera que no, que es muy posible que en mi caso lo que necesite sea más tiempo, y que eso no debe impedirme de disfrutar de una vida sin férulas (más allá de las doce horas al día que sí tengo que llevarlas.)
Y sobre las manchas blancas me dijo que eran cosa de la cal, que con unas pastillas se podían quitar, pero que eso no significaba que las estuviera limpiando poco y mal. ¡Alivio!
Por mucho que la aprecie, y la aprecio, y por muy profesional que la considere, que la considero, creo que en el tema de las férulas va un poco equivocada, así que sigo con mi plan de hacerme con un logopeda el año que viene y empezar a curar todas mis disfunciones bucales.
Ya verás, voy a acabar hecho un pincel. Me va a costar la vida, pero lo conseguiré.
No tenía claro para qué era la visita, porque no me dijeron nada en su momento y tampoco se me ocurrió preguntar. Ahora ya lo sé. Oficialmente el tratamiento terminó en Enero, así que ahora estoy en el régimen de visitas periódicas para ver que todo va bien. Como cualquier otra persona debería hacer. ¡Ya soy normal! (O menos anormal que antes ¬¬U) Ya puedo ir al dentista una o dos veces al año para hacer chequeos y ya.
Sí, sigo llevando las férulas, y sigo siendo muy consciente de que cualquier desliz me llevará de nuevo a los brazos de la ortodoncia. Pero aunque me lo pasé bien con ella (y creo que ha sido la relación más larga que he tenido con cualquier cosa; el banco y yo aún no llevamos tanto tiempo casados), no es alguien a quien me gustaría volver a tener en mi vida otra vez. Porque es bueno, pero también acarrea mucho dolor. Y el mantenimiento, madre de $deity.
Tener el alta significa también que se me acabó el chollo de salir disparado de la consulta sin pagar. Ahora ya tengo que volver a desembolsar cada vez que visito a la dentista. No todo son ventajas. (Lo sé, extremadamente catalán. Qué le vamos a hacer.)
En la visita de ayer lo único que hizo fue evaluar cómo estaba la situación. Las cosas van bien, así que hasta el año que viene no me toca limpieza dental. Tengo un poco de sarro, pero por lo visto mi técnica cepilladora es excelente así que no hay que intervenir por ahora. ¡Toma!
Lo que no es tan excelente es mi técnica hilvanadora, porque tengo las encías ligeramente inflamadas. Así que tengo que empezar a pasarme el hilo dental. No tengo ni idea de cómo va, y me da un poco de cosica porque las pocas veces que lo usé me acababa sangrando la encía, pero todo sea por la salud dental.
Veniendo como vengo de una familia con facilidad para la gingivitis y demás, tengo que ir con mucho cuidado con esto si pretendo que mis dientes me duren el tiempo suficiente.
Le pregunté todo lo que quería preguntar, así que minipunto para mí y mi limitada capacidad de atreverme a preguntar a figuras de autoridad.
Me dijo que ni idea de logopedas.
También me dijo que me dejara de tontás con las férulas y que las llevara doce horas sí o sí. ¿Que se mueven? ¡Pues es normal! Yo creo que después de nueve meses llevándolas lo que toca, los dientes deberían empezar a acomodarse a su nueva posición. Pero ella considera que no, que es muy posible que en mi caso lo que necesite sea más tiempo, y que eso no debe impedirme de disfrutar de una vida sin férulas (más allá de las doce horas al día que sí tengo que llevarlas.)
Y sobre las manchas blancas me dijo que eran cosa de la cal, que con unas pastillas se podían quitar, pero que eso no significaba que las estuviera limpiando poco y mal. ¡Alivio!
Por mucho que la aprecie, y la aprecio, y por muy profesional que la considere, que la considero, creo que en el tema de las férulas va un poco equivocada, así que sigo con mi plan de hacerme con un logopeda el año que viene y empezar a curar todas mis disfunciones bucales.
Ya verás, voy a acabar hecho un pincel. Me va a costar la vida, pero lo conseguiré.