(no subject)
Oct. 11th, 2018 12:45 pmComo suele pasarme cada pocos meses (o entre seis meses y un año, o... lo cierto es que no lo marco en calendario, por lo que no tengo claro cuándo tuve la última), tengo una llaga debajo de la lengua. Una de esas llagas gigantes y dolorosas que hace del tragar una agónica experiencia.
Empecé a notar su crecimiento el viernes por la noche o el sábado por la mañana, una ligera molestia, y ya me agarré las calandracas porque supe qué significaba. Efectivamente, el lunes estaba la llaga en todo su esplendor tocándome la jarana y haciendo de cualquier deglución un festival de lágrimas. Y, considerando que tragamos saliva unas pocas de veces al día, ya podéis imaginar lo agradable de la experiencia.
No tengo claro por qué salen. La dentista no encontró nada extraño cuando fui a visitarla con una de las primeras (que me duró como dos o tres semanas. Fue intenso), y tampoco consideró necesario intervenir, dijo que ya se iría sola. Pero, ¿es una cosa de higiene? Porque uso colutorio y dentífrico y cepillo interdental y todo el festival las veces que toca, así que si fuera higiene, me tocaría bastante las narices porque no sé qué más hacer.
Tampoco creo que sea comida, porque llevo comiendo los mismos alimentos desde hace meses, y no ha pasado nada. Ni tan sólo los imprevistos podrían justificarla, porque son, de nuevo, alimentos habituales (o que he comido tantas otras veces sin mayores consecuencias.)
Una parte de mí ansía reventarla. Pincharla con una aguja y drenarla. Creo que sería una experiencia horrible, y posiblemente una fuente de infección de proporciones absurdas, pero... pero eso no quita que quiera hacerlo ¬¬U Masoquismo, supongo ¬¬U (O la excusa de tener otra cosa por la que insultarme ¬¬U)
Con suerte no tendré que resistir a la tentación mucho más. Parece que el dolor está aminorando. Todo un récord, tres días de sufrimiento deglutor. Hoy, aunque me ha fastidiado durante el desayuno, hacia el final la lengua podía moverse casi con normalidad y no he acusado molestias en exceso. Y no, de nuevo, no he cambiado mis rutinas de limpieza: sigo haciendo lo mismo, con la misma frecuencia, con los mismos utensilios, con las mismas marcas. (Soy un animal de costumbres.)
Si es que ya digo, no entiendo por qué pasa. Sólo puedo capearlo cuando lo hace.
Empecé a notar su crecimiento el viernes por la noche o el sábado por la mañana, una ligera molestia, y ya me agarré las calandracas porque supe qué significaba. Efectivamente, el lunes estaba la llaga en todo su esplendor tocándome la jarana y haciendo de cualquier deglución un festival de lágrimas. Y, considerando que tragamos saliva unas pocas de veces al día, ya podéis imaginar lo agradable de la experiencia.
No tengo claro por qué salen. La dentista no encontró nada extraño cuando fui a visitarla con una de las primeras (que me duró como dos o tres semanas. Fue intenso), y tampoco consideró necesario intervenir, dijo que ya se iría sola. Pero, ¿es una cosa de higiene? Porque uso colutorio y dentífrico y cepillo interdental y todo el festival las veces que toca, así que si fuera higiene, me tocaría bastante las narices porque no sé qué más hacer.
Tampoco creo que sea comida, porque llevo comiendo los mismos alimentos desde hace meses, y no ha pasado nada. Ni tan sólo los imprevistos podrían justificarla, porque son, de nuevo, alimentos habituales (o que he comido tantas otras veces sin mayores consecuencias.)
Una parte de mí ansía reventarla. Pincharla con una aguja y drenarla. Creo que sería una experiencia horrible, y posiblemente una fuente de infección de proporciones absurdas, pero... pero eso no quita que quiera hacerlo ¬¬U Masoquismo, supongo ¬¬U (O la excusa de tener otra cosa por la que insultarme ¬¬U)
Con suerte no tendré que resistir a la tentación mucho más. Parece que el dolor está aminorando. Todo un récord, tres días de sufrimiento deglutor. Hoy, aunque me ha fastidiado durante el desayuno, hacia el final la lengua podía moverse casi con normalidad y no he acusado molestias en exceso. Y no, de nuevo, no he cambiado mis rutinas de limpieza: sigo haciendo lo mismo, con la misma frecuencia, con los mismos utensilios, con las mismas marcas. (Soy un animal de costumbres.)
Si es que ya digo, no entiendo por qué pasa. Sólo puedo capearlo cuando lo hace.