qué grande, la gente

No me encuentro bien, y creo que es por el cambio de hora.

Aunque es extraño. Ayer me levanté a las once de la mañana, lo que tras el cambio de hora se convirtió en las doce del mediodía, lo cuál me hizo perder toda la mañana, que es buena parte del día. Trágico.
(En serio.)
Podemos decir que estaba descansado.

( Deshonra sobre tu dragón de la suerte. )

Ay, si me viera Atreyu.

Hablemos de las noticias del viernes, para disfrazar un poco el hecho de que soy un ser vago e indigno.

El viernes tuve logopeda. ¡Fue un viernes de examen!


Yo no sabía nada (la historia de mi vida), pero del resultado dependía un cambio en la frecuencia de visitas.

Hicimos lo habitual: beber agua (ahora con 500% más de colorante alimentario), disfrutar de un yogurt con gomitas de ortodoncia, comer un bocata con gomitas de ortodoncia y botones, hacer un sudoku con un caramelo en la boca y hablando del cambio de lugar instantáneo de Goku, ese tipo de cosas.
Y lo hice bien, porque ahora hemos pasado a visitas cada dos meses.
Si esto sigue así, pronto me dará el alta.

Otra cosa que pasó el viernes fue la cena con mis padres y mi hermana para celebrar su aniversario de boda.
Fue bien, y por fin me apunté el año, así que a partir de ahora sabré cuándo les toca el gran 40.
La parte mala fue la noticia de que los bancos no han notificado que o para mañana llevas una fotocopia de tu dni para actualizar tus datos o te congelan la cuenta. Ja, ja, ja.

Mañana a saber cuánto tardaré en gestionar toda esta mierda.