y hasta dentro de cinco años
Jun. 30th, 2010 05:15 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Ayer fui a renovarme el dni. Sin cita previa que fui, que aquí las cosas no van a cambiar por mucho que nos informaticemos, que esto es España, coño.
Me levanté como si fuera a trabajar, y pretendía a la hora de siempre. Pero algo me dijo que me lo tomara con calma, así que me hice un buen desayuno.
En lugar de meterme una magdalena en la boca y medio vaso de cacaolat, darle un par de vueltas y tragármelo a lo bruto me hice unas tostadas con mantequilla y mermelada y me senté a la mesa como las personas. Hasta me permití el lujo de tomarme una taza entera de cacaolat. ¡Lo nunca visto! (entre semana, al menos.)
Salí de casa para llegar a comisaría a las ocho y poco. Ya había una cola maja. Hombre, no era la del Salón, pero había gente, para ser tan temprano.
La comisaría no habría hasta las nueve, así que tenía por delante prácticamente una hora de tueste. Porque, por supuesto, la entrada de la comisaría está en la cara este de una calle bien ancha. Lo que significa, básicamente, Sol.
Y ahí se demuestra de nuevo que los frikis estamos bien preparados para este tipo de cosas. Mientras el resto de la gente de la cola resoplaba, sin nada que hacer hasta que abrieran, y se lamentaban por ese brillo constante que les azotaba las retinas yo estaba leyendo tranquilamente mi libro (de Charmed, por supuesto), protegidos mis delicados y plusquamperfectos ojos miopes bajo una esplendorosa gorra roja, y con una botella de agua bien fría en la maleta.
Será que no nos hemos chupado colas, para saber cómo se las gastan. Ha!
Llegaron las nueve y aunque hubo un pequeño jaleíllo en los primeros puestos, que habían acabado abandonando la formación lineal y habían optado por una conglomeración pelotesca, fuimos pasando a que nos dieran números. Los policías son como charcuteros, sólo que cortan otro tipo de chorizos.
Entramos una vez la reforma de la cola se formó a gusto de todos, así que no hubo que estar más tiempo al Sol.
Me dieron el número 20 para el DNI. Así que por delante mío tenía, lo menos, a 19 personas renovando el DNI. Eso no cuenta a la gente que venía a por el pasaporte u otros documentos. (Había tanda para D, P, C y alguna letra más. D es de DNI, P asumo que es de pasaporte, y las otras dos no tengo ni idea de qué son.)
Si a las ocho llegué a la comisaría y a las nueve abrieron, a las diez salía de allí con el dni nuevo en la cartera.
Ahora ya tengo el dni electrónico, con chip y tropociendos datos. Cinco minutos para guardar datos, tengo que tener ahí todos mis blogs pasados y futuros, lo menos. Y hasta certificados, tengo. Aún no sé ni cómo funciona el tema, pero ahí deben estar.
Y como me dieron el dni nuevo, me dejaron quedarme con el viejo como recuerdo. Lo he puesto junto a mis restos de carnets viejos. Ahí está, feliz, junto al del Club Super3, y haciéndole ojitos a ese "Carné de periodista" que nos hicimos en Séptimo de E.G.B.
Me levanté como si fuera a trabajar, y pretendía a la hora de siempre. Pero algo me dijo que me lo tomara con calma, así que me hice un buen desayuno.
En lugar de meterme una magdalena en la boca y medio vaso de cacaolat, darle un par de vueltas y tragármelo a lo bruto me hice unas tostadas con mantequilla y mermelada y me senté a la mesa como las personas. Hasta me permití el lujo de tomarme una taza entera de cacaolat. ¡Lo nunca visto! (entre semana, al menos.)
Salí de casa para llegar a comisaría a las ocho y poco. Ya había una cola maja. Hombre, no era la del Salón, pero había gente, para ser tan temprano.
La comisaría no habría hasta las nueve, así que tenía por delante prácticamente una hora de tueste. Porque, por supuesto, la entrada de la comisaría está en la cara este de una calle bien ancha. Lo que significa, básicamente, Sol.
Y ahí se demuestra de nuevo que los frikis estamos bien preparados para este tipo de cosas. Mientras el resto de la gente de la cola resoplaba, sin nada que hacer hasta que abrieran, y se lamentaban por ese brillo constante que les azotaba las retinas yo estaba leyendo tranquilamente mi libro (de Charmed, por supuesto), protegidos mis delicados y plusquamperfectos ojos miopes bajo una esplendorosa gorra roja, y con una botella de agua bien fría en la maleta.
Será que no nos hemos chupado colas, para saber cómo se las gastan. Ha!
Llegaron las nueve y aunque hubo un pequeño jaleíllo en los primeros puestos, que habían acabado abandonando la formación lineal y habían optado por una conglomeración pelotesca, fuimos pasando a que nos dieran números. Los policías son como charcuteros, sólo que cortan otro tipo de chorizos.
Entramos una vez la reforma de la cola se formó a gusto de todos, así que no hubo que estar más tiempo al Sol.
Me dieron el número 20 para el DNI. Así que por delante mío tenía, lo menos, a 19 personas renovando el DNI. Eso no cuenta a la gente que venía a por el pasaporte u otros documentos. (Había tanda para D, P, C y alguna letra más. D es de DNI, P asumo que es de pasaporte, y las otras dos no tengo ni idea de qué son.)
Si a las ocho llegué a la comisaría y a las nueve abrieron, a las diez salía de allí con el dni nuevo en la cartera.
Ahora ya tengo el dni electrónico, con chip y tropociendos datos. Cinco minutos para guardar datos, tengo que tener ahí todos mis blogs pasados y futuros, lo menos. Y hasta certificados, tengo. Aún no sé ni cómo funciona el tema, pero ahí deben estar.
Y como me dieron el dni nuevo, me dejaron quedarme con el viejo como recuerdo. Lo he puesto junto a mis restos de carnets viejos. Ahí está, feliz, junto al del Club Super3, y haciéndole ojitos a ese "Carné de periodista" que nos hicimos en Séptimo de E.G.B.