gafas nuevas
Feb. 23rd, 2015 12:15 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png){kind=small}
sam_blueskyEl viernes fui a mirar gafas.
El oftalmólogo dijo que subir en 0,25 no es significativo, y que de hecho eso puede traducirse en sencillamente recolocarse las gafas. Por ejemplo, cuando las levantas un poco con el dedo.
Y sí, es cierto: la visión se aclara cuando las recoloco ligeramente.
Pero mis gafas son de 2006. De finales de 2006, pero de 2006 al fin y al cabo. Quieras que no, por mucho cuidado que le pongas, los cristales acaban rallándose, y la montura acaba tocada.
Y, oye, mi montura actual está aguantando bastante, sólo he tenido que cambiar un par de veces las piecitas de goma que se apoyan en el puente de la nariz. Y eso que las uso para hacer deporte (léase: sudar) frecuentemente.
(Salvo cuando corro en la cinta, ahí me las quito. Botan demasiado y me marean ligeramente, así que corro a ciegas. Literalmente. Por eso me gusta correr en cinta, es un entorno controlado y no importa si no veo a dónde voy.)
Ha sido complicado, porque desde que los hipsters se apropiaron de las gafas y el gafapastismo explotase y globalizara lo chulo que es llevar gafas, es imposible encontrar gafas que sean pequeñitas.
Que tengo casi doce dioptrías, mis cristales son GORDOS, una montura grande no hace más que enfatizar el tamaño de mis cristales, y aún más reducen mis ojos y cara en comparación con la zona no cubierta por gafas, deformándome toda la cara AÚN MÁS.
Sé que no soy una belleza, pero el efecto óptico de los cristales en la zona alrededor de los ojos no ayuda. (Aunque aumenta el efecto "WOW, OJAZOS" cuando te quitas las gafas. No creo que lo compense, porque hay momentos en los que estaría bien ver a más allá de diez centímetros de tu cara. Menos mal que estoy soltero y voy a dormir solo el resto de mi vida.)
Después de descartar las monturas que, por los cristales que tendrían que llevar, no me puedo poner, quedaron bastantes. Incluso tras descartar las que por colores no me gustaban. Había algunas que eran bien rojas, o que eran muy grandes (MUY grandes, en serio), o las amarillo flúor que aún tengo insertadas en el fondo de mi retina (eso a la luz del Sol tiene que quemar a quien las vea), quedaron del orden de catorce o quince modelos diferentes, entre pasta y metal. Es un buen surtido.
Por desgracia, como decía, nada que sea como lo que llevo ahora, pequeñito y rectangular.
Lo más complicado de comprarte gafas cuando eres estúpidamente miope es que no puedes ver cómo te quedan. Pides a alguien de confianza que te acompañe y sea tus ojos (literalmente), y es no sólo alguien que tiene criterio estético sino alguien que es sincero y te dice las verdades aunque no te gusten. No hace falta que sea del tipo "esas son mierda, cómprate un criterio", sino más bien "hombre, te hacen parecer un sapo bizco, yo no me las compraría".
En mi caso siempre me acompaña mi madre el día de la prueba, porque siempre mirará por tu bien y no dudará en destrozar tus ilusiones si te encariñas de algo que sabes no te conviene.
PERO ESO ERA ANTES. Porque ahora, con cámaras por doquier, uno puede hacerse selfies en la óptica.
Se me ocurrió anunciarlo por twitter. Y alguien tuvo la brillante idea de preguntar:
"No han inventado los espejos?"
Sí, lo admito, escribí el tweet porque quería que alguien lo dijera. Como si no fuera obvio que si vas a una óptica es porque necesitas gafas, y las gafas que te pruebas no tienen tu graduación, y por tanto NO VES CÓMO TE QUEDAN.
Así que le dije "con once dioptrías y media en cada ojo, buena suerte viendo nada a más de diez centímetros de distancia." PORQUE POR ESO ESTOY COMPRÁNDOME GAFAS, PORQUE MI SEGUNDO NOMBRE ES ROMPETECHOS.
Esta vez ha sido la primera vez que he podido ver cómo me quedan unas gafas antes de ponerles un cristal con mi graduación.
Bueno, ésta y la vez que me compré unas monturas extra llevando lentillas. Fue una experiencia surrealista, mirarse al espejo con algo que no eran tus gafas y ver tu reflejo sin problemas. Pero no me acordaba de eso.
Me hice fotos con todos y cada uno de los modelos, y algunas hasta quedaron bien enfocadas. (Milagro.)
Más o menos todas quedaban bien, y todas eran aptas para los cristales de topo que uso, así que hizo falta ponerse duro a la hora de decidir, y empecé a bambolear las gafas de lado a lado.
Porque si hay un criterio decisivo es la estabilidad de una montura cuando te mueves.
Descarté alguna porque el puente quedaba muy abajo, o porque no se sujetaba bien a mi cara, y al final logré reducir la lista de candidatas a dos :
Las de arriba son de pasta, las de abajo de metal. Ambas son de las más pequeñas que había (FLIPA), y por suerte ninguna toca la mejilla. Sí que toco las gafas (tanto el puente como el borde inferior) de pasta con el ceño fruncido o exagerando expresiones, pero como soy facialmente inexpresivo (aparentemente el pánico se me lee en los ojos) no debería ser un problema en el día a día.
Las de metal son las segundas de metal más cómodas que me probé el viernes. Son ligeras, quedan disimuladas, no son excesivamente grandes... Y son más baratas XD
Al final compré las de pasta, porque teóricamente son más resistentes para hacer deporte. Al menos la zona del puente se daña menos.
Pero me enamoré de las de metal. En parte porque no quiero volver a llevar pasta durante los próximos nueve años, en parte porque temo que con las de pasta pasará lo mismo que la última vez que hice batuka con gafas de pasta: que salieron disparadas a Parla.
Y mira que mis cristales pesan. Son extraplanos y laminados y orgánicos y antibrillo y antireflejo y antidemonios, todo lo bueno que el dinero puede comprar, pero pesan. Y pese a todo, las gafas de pasta resbalan, y las cintas de sujeción son lo peor.
No pedí que montaran las dos, porque cada cristal me vale 200 euros. Si hago dos gafas de golpe, son 800 euros sólo en cristales. Luego añade los cien euros de cada montura.
Las de pasta son un regalo de mi familia (CRISTALES Y MONTURA), así que sólo voy a pagar las gafas de metal. Donde "sólo" significa 600 euros.
¿Quieres demostrar tu amor por alguien? Págale unas gafas graduadas. Porque eso sí es amor. Mi madre quería pagar las dos, pero de momento las segundas las pago yo. Y ya veremos si no acaba comprándome ella la montura de metal, que es muy sibilina cuando se pone.
Hiperventilo cuando pienso en lo que me cuesta poder ver como el resto del mundo.
Y es por razones como ésta por la que cada vez que pienso que alguien tuvo la genial idea de considerar las gafas como un producto de lujo se me retuerce el estómago. Le iba a poner las lentillas que usan los Inquisidores en Nacidos de la Bruma.
El oftalmólogo dijo que subir en 0,25 no es significativo, y que de hecho eso puede traducirse en sencillamente recolocarse las gafas. Por ejemplo, cuando las levantas un poco con el dedo.
Y sí, es cierto: la visión se aclara cuando las recoloco ligeramente.
Pero mis gafas son de 2006. De finales de 2006, pero de 2006 al fin y al cabo. Quieras que no, por mucho cuidado que le pongas, los cristales acaban rallándose, y la montura acaba tocada.
Y, oye, mi montura actual está aguantando bastante, sólo he tenido que cambiar un par de veces las piecitas de goma que se apoyan en el puente de la nariz. Y eso que las uso para hacer deporte (léase: sudar) frecuentemente.
(Salvo cuando corro en la cinta, ahí me las quito. Botan demasiado y me marean ligeramente, así que corro a ciegas. Literalmente. Por eso me gusta correr en cinta, es un entorno controlado y no importa si no veo a dónde voy.)
Ha sido complicado, porque desde que los hipsters se apropiaron de las gafas y el gafapastismo explotase y globalizara lo chulo que es llevar gafas, es imposible encontrar gafas que sean pequeñitas.
Que tengo casi doce dioptrías, mis cristales son GORDOS, una montura grande no hace más que enfatizar el tamaño de mis cristales, y aún más reducen mis ojos y cara en comparación con la zona no cubierta por gafas, deformándome toda la cara AÚN MÁS.
Sé que no soy una belleza, pero el efecto óptico de los cristales en la zona alrededor de los ojos no ayuda. (Aunque aumenta el efecto "WOW, OJAZOS" cuando te quitas las gafas. No creo que lo compense, porque hay momentos en los que estaría bien ver a más allá de diez centímetros de tu cara. Menos mal que estoy soltero y voy a dormir solo el resto de mi vida.)
Después de descartar las monturas que, por los cristales que tendrían que llevar, no me puedo poner, quedaron bastantes. Incluso tras descartar las que por colores no me gustaban. Había algunas que eran bien rojas, o que eran muy grandes (MUY grandes, en serio), o las amarillo flúor que aún tengo insertadas en el fondo de mi retina (eso a la luz del Sol tiene que quemar a quien las vea), quedaron del orden de catorce o quince modelos diferentes, entre pasta y metal. Es un buen surtido.
Por desgracia, como decía, nada que sea como lo que llevo ahora, pequeñito y rectangular.
Lo más complicado de comprarte gafas cuando eres estúpidamente miope es que no puedes ver cómo te quedan. Pides a alguien de confianza que te acompañe y sea tus ojos (literalmente), y es no sólo alguien que tiene criterio estético sino alguien que es sincero y te dice las verdades aunque no te gusten. No hace falta que sea del tipo "esas son mierda, cómprate un criterio", sino más bien "hombre, te hacen parecer un sapo bizco, yo no me las compraría".
En mi caso siempre me acompaña mi madre el día de la prueba, porque siempre mirará por tu bien y no dudará en destrozar tus ilusiones si te encariñas de algo que sabes no te conviene.
PERO ESO ERA ANTES. Porque ahora, con cámaras por doquier, uno puede hacerse selfies en la óptica.
Se me ocurrió anunciarlo por twitter. Y alguien tuvo la brillante idea de preguntar:
"No han inventado los espejos?"
Sí, lo admito, escribí el tweet porque quería que alguien lo dijera. Como si no fuera obvio que si vas a una óptica es porque necesitas gafas, y las gafas que te pruebas no tienen tu graduación, y por tanto NO VES CÓMO TE QUEDAN.
Así que le dije "con once dioptrías y media en cada ojo, buena suerte viendo nada a más de diez centímetros de distancia." PORQUE POR ESO ESTOY COMPRÁNDOME GAFAS, PORQUE MI SEGUNDO NOMBRE ES ROMPETECHOS.
Esta vez ha sido la primera vez que he podido ver cómo me quedan unas gafas antes de ponerles un cristal con mi graduación.
Bueno, ésta y la vez que me compré unas monturas extra llevando lentillas. Fue una experiencia surrealista, mirarse al espejo con algo que no eran tus gafas y ver tu reflejo sin problemas. Pero no me acordaba de eso.
Me hice fotos con todos y cada uno de los modelos, y algunas hasta quedaron bien enfocadas. (Milagro.)
Más o menos todas quedaban bien, y todas eran aptas para los cristales de topo que uso, así que hizo falta ponerse duro a la hora de decidir, y empecé a bambolear las gafas de lado a lado.
Porque si hay un criterio decisivo es la estabilidad de una montura cuando te mueves.
Descarté alguna porque el puente quedaba muy abajo, o porque no se sujetaba bien a mi cara, y al final logré reducir la lista de candidatas a dos :
Las de arriba son de pasta, las de abajo de metal. Ambas son de las más pequeñas que había (FLIPA), y por suerte ninguna toca la mejilla. Sí que toco las gafas (tanto el puente como el borde inferior) de pasta con el ceño fruncido o exagerando expresiones, pero como soy facialmente inexpresivo (aparentemente el pánico se me lee en los ojos) no debería ser un problema en el día a día.
Las de metal son las segundas de metal más cómodas que me probé el viernes. Son ligeras, quedan disimuladas, no son excesivamente grandes... Y son más baratas XD
Al final compré las de pasta, porque teóricamente son más resistentes para hacer deporte. Al menos la zona del puente se daña menos.
Pero me enamoré de las de metal. En parte porque no quiero volver a llevar pasta durante los próximos nueve años, en parte porque temo que con las de pasta pasará lo mismo que la última vez que hice batuka con gafas de pasta: que salieron disparadas a Parla.
Y mira que mis cristales pesan. Son extraplanos y laminados y orgánicos y antibrillo y antireflejo y antidemonios, todo lo bueno que el dinero puede comprar, pero pesan. Y pese a todo, las gafas de pasta resbalan, y las cintas de sujeción son lo peor.
No pedí que montaran las dos, porque cada cristal me vale 200 euros. Si hago dos gafas de golpe, son 800 euros sólo en cristales. Luego añade los cien euros de cada montura.
Las de pasta son un regalo de mi familia (CRISTALES Y MONTURA), así que sólo voy a pagar las gafas de metal. Donde "sólo" significa 600 euros.
¿Quieres demostrar tu amor por alguien? Págale unas gafas graduadas. Porque eso sí es amor. Mi madre quería pagar las dos, pero de momento las segundas las pago yo. Y ya veremos si no acaba comprándome ella la montura de metal, que es muy sibilina cuando se pone.
Hiperventilo cuando pienso en lo que me cuesta poder ver como el resto del mundo.
Y es por razones como ésta por la que cada vez que pienso que alguien tuvo la genial idea de considerar las gafas como un producto de lujo se me retuerce el estómago. Le iba a poner las lentillas que usan los Inquisidores en Nacidos de la Bruma.
