feliz con poco

Los martes tengo logopedia (no estoy hablando mucho del tema porque es todo un poco repetitivo y tampoco es que esté avanzando mucho. Pero la logopeda y yo nos echamos unas risas...), pero hoy he salido hipertarde del trabajo así que he tenido que mover la cita al jueves (adiós, Fusión Latina *sadface*), así que he aprovechado para ir a comprarme chuminás.

Bueno, a ver, no son cosas tontas. Tenía que comprarme un par de paellas y renovar la plancha, que se me está rompiendo de tanto usarla, pero ya que estaba en el Culinarium pues he mirado cosas de repostería y... al final me he comprado sólo una paella y la plancha y no he podido evitar comprarme tontás varias: que si papel de magdalenas, que si una boquilla nueva para la manga pastelera (que ya me dirás, para qué, si siempre uso la misma)... En fin, chuminás.

Pero me ha animado el ánimo, que estaba yo un poco alicaído últimamente. Y con la restricción de no comer dulces, me va a hacer falta distraerme. Un mes pasa rápido, pero se me va a hacer larga la espera hasta Pascua.

tarde libre

Con la logopedia movida a los jueves de forma oficial, ahora los martes los tengo libres por la tarde.

Mi idea era aprovechar para ir al gimnasio un día más (que Diso sabe que me hace falta), pero hoy lo he dedicado a ir a comprar chorradas. Y por chorradas me refiero a papeles de magdalenas y demás mandangas reposteras que no sé porqué compro porque luego me planteo si mis hobbies no son demasiado incompatibles. ¿Qué clase de persona adora preparar postres dulces con azúcar a porrillo y ansía ponerse en forma? Creo que nadie se boicotea tanto a sí mismo como yo.

Pero ahí están, reposando junto al resto, mis recientemente adquiridos papeles de magdalenas. Y no me he comprado un molde de bizcocho porque no he encontrado ninguno pequeño de metal y que se desmonte bien.