Blue sky all over the place

Me gusta creer en los sueños premonitorios. Encuentro romántica y seductiva la idea de la presciencia, de que tu subconsciente sea capaz de ver más allá de los límites de la percepción espacio-temporal humana conocida y te lo presente cuando estás alucinando a oscuras mientras tu cerebro hace cosas loquísimas para mantener un asomo de equilibrio químico funcional. No creo-creo en los sueños premonitorios, pero me gusta creer en ellos.

Hoy me he despertado con la profunda impresión de que tengo que jugar a un juego de la sala Tales of. No importa cuál (aunque la canción que retumbaba en mi neurona parecía tenerlo claro). ¿De dónde me viene esa impresión? Obviamente, del sueño de hoy. Que no diré que es premonitorio, porque en este caso sería condicional: estaría jugando porque el sueño me ha empujado a ello, no porque el sueño predijera el futuro.

Mis sueños son bastante alucinógenos, por lo general. Los que recuerdo, al menos. De un tiempo a esta parte, el jolgorio y la fantasía habitual en mis campos oníricos se ha visto reemplazada por sueños más mundanos, de temas recurrentes, y explorando preocupaciones subyacentes a las que no presto atención porque el día a día me tiene atrapado.
Claro que aún vivo esas escenas de saltos largos flotados y situaciones imposibles, pero son menos frecuentes. Pero todo tiene un todo más arraigado, más anclado en la realidad, e incluso los dejes de fantasía que a veces aparecen son rápidamente descartados cuando mi yo onírico piensa "esto no pasaría jamás, estoy soñando".
(Que ya podría aprovechar para tomar control del sueño y todo ese rollo del lucid dreaming donde controlas el sueño a tu antojo. Pero no, yo sólo elimino la parte imposible al darme cuenta de que es un sueño. Porque razones ¬¬U) Y, ojo, porque las instancias más recientes han sido locuras nivel "me estoy peinando el pelo" ¬¬U Porque sí, soy calvo ¬¬U

¿Qué he soñado hoy que me lleva aquí? Bueno, un poco algo normal. El tema central del sueño era una comida familiar en Navidad, con tíos y primos y sobrinos. Ha habido alguna cosa loca, pero vamos a centrarnos en el final de la escena, la última antes de despertarme: entrega de regalos cruzados. Es ese momento en que intercambias regalos de Navidad (Reyes, en mi familia) con primos y tíos: regalos entre núcleos familiares. No es el regalo que te encuentras cuando te despiertas dentro del zapato, es el regalo que vas a buscar a casa de tus tíos cuando eres pequeño. Pero como ahora todos somos mayores, pues lo hacemos después de comer. (Que en mi familia no lo hacemos así, porque ya no tenemos regalos cruzados, pero mi familia onírica tiene sus propias reglas.)

Así, le llega el turno a uno de mis primos, que va a por una bolsa y vuelve corriendo visiblemente emocionado con su idea de regalos para todos. A la mayoría nos da algo que parece igual, y que resulta ser una caja típica de videojuego. Pero no es un videojuego. En mi caso, inicialmente, la portada parece un dibujo de las CLAMP, así que pienso que es una temporada en dvd/blu-ray de Tsubasa Reservoir Chronicle.
Cada uno tenemos algo así, una caja de un disco que se supone que es algo que nos gusta muchísimo. Que, a ver, en mi caso es acertado. (Claro que tiene poco mérito teniendo en cuenta que es mi subconsciente quien ha puesto a Syaoran en la portada ¬¬U Mi primo no sabe ni que existen las CLAMP ¬¬U No sabe ni que existe la Torre de Tokyo, como para saber quienes son las CLAMP ¬¬U) Y hay gritos de excitación por toda la mesa conforme van llegando las cajitas y la gente va viendo qué hay en la portada. Puntos extra por currarse carátulas, desde luego, porque abres la caja y dentro hay un disco piratuelo ¬¬U
Pero en mi caso va más allá, porque cada vez que miro la carátula, cambia un poco. Ahora no es anime, es un videojuego. Ahora no es CLAMP, es Arc the Lad. Y va cambiando cada vez que lo miro: Tsubasa Reservoir Chronicle, Arc the Lad, .hack...
De hecho es divertido que mientras busco en la portada el título me exclamo por perderlo de vista. "Pero si lo acabo de leer", me digo en voz alta.

Tras muchas iteraciones de portadas transformándose en diferentes videojuegos, al final mi primo dice (y la realidad del sueño se condensa alrededor de su declaración ¬¬U) que los mini-discos que hay dentro son ROMs de juegos, y para demostrarlo conecta una consola genérica (ahora diría una GameCube, pero a saber) al televisor y se pone a jugar. Y mi juego acaba siendo un Tales of. ¿Cuál? Bueno, es difícil de decir, pero teniendo en cuenta que justo cuando empezaba a jugar mi primo era la última escena que recuerdo del sueño y lo siguiente que recuerdo es despertarme, y que la canción con la que me he despertado es el opening de Tales of the Abyss, pues...

Vamos, que mi subconsciente dice que me deje de tontás y empiece a jugar a Tales, sean los de Steam o los que aún no están porque para algo llevo semanas dando la turra con emuladores y EXA_Pico y demás mandangas ¬¬U

Pues ahora nada de eso, ahora toca Tales, dice mi yo subconsciente. Y yo es que soy un mandao.

(... ¬¬U)

Hoy he soñado que estaba jugando a FFXIV con un grupo y todos éramos PLD. Todos, los ocho xD (Al menos ocho). No recuerdo mucho del sueño, porque cuando me he levantado he tenido que salir a toda prisa para coger el tren (ayer tardé un montón en dormirme) y eso implica que las imágenes se desdibujan antes de poder guardarlas, pero recuerdo que todos teníamos Cover, Intervention, y cosas así.
Intento recordar qué estábamos haciendo, pero se me escapa. Está en el borde del recuerdo, casi lo tengo... pero cuando me concentro se me escurre de los dedos. En fin.

Ayer tardé una barbaridad en dormirme. Lo sé porque Micra subió y bajó de la cama varias veces, y normalmente sólo la escucho subir dos veces (la primera, con ronda de carantoñas, hasta que ve que realmente voy a dormir; la segunda, después de comer y beber para prepararse para la noche de sueño). Se nota que hace más fresco, porque se quedó a los pies, al final. Eso sí, monísima cuando se subió en silencio, para no despertarme (que estaba despierto, pero como no le dije nada creyó que estaba ko) y se acurrucó al lado de mi brazo un rato.
Ains, más mona.

Tenía la cabeza un poco disparada, por la noche. No podía dejar de escuchar una canción, que tengo que bailar el domingo y que me aprendí el lunes (yo solo, en media hora). Y por mucho que intentara reenfocar la neurona hacia otra cosa, ella erre que erre al replay de la canción de marras. No sé cuánto tardé en dormire, en realidad, porque soy un fiero creyente en el principio de "no mires el reloj para ver qué hora es, porque te pondrás malo viendo las horas de sueño que estás perdiendo en vela", sólo sé que tardé mucho más de lo normal. (Medir en subidas gatunas a la cama ayuda en la estimación. No es algo gratuito ni fruto de mi dramática visión de la realidad.)

Normal que hoy vaya zombie y sin ganas de nada. Por suerte hoy hago intensiva, así que estaré sufriendo menos. A casa prontito, a comer con calma, luego a que me arreglen la pelusa craneal (esto ya no se puede llamar pelo, es poco más que una sombra mal puesta), y después A MACHACAR COREOS DURANTE TRES HORAS, que este fin de semana tenemos dos actuaciones y no sé cómo voy a sobrevivir a enseñar mis lorzas tanto tiempo.

Estoy pasando unos días de sueños recordados, supongo que porque descanso bien últimamente y mi neurona me lo recompensa así. Quizás sea muy generoso tildarlo de recompensa, por eso.

Un tema recurrente de los sueños últimamente son los gatos. GATOS EVERYWHERE. No tengo queja, oh, no. Quiero decir, ¿gatos? YAY. Aunque hoy han tomado un camino perturbador.
Mi hermana había conseguido adoptar otro gato, y ahora en casa tenían dos, y mientras estaban jugando, se hacían arurmacos, y uno mordía cariñosamente al otro hasta que ese mordisco se hacía más y más grande y el gato parecía desencajar la mandíbula hasta que la cabeza del otro le quedaba completamente dentro dentro de su boca, y así estaba un buen minuto o dos mientras nosotros entrábamos en pánico, y cuando por fin lo libera, el gato mordido está como flipando, y mi familia gritando y mi madre diciendo que no pasa nada y mi hermana diciendo que con los problemas que tiene el nuevo, como para haber dejado de respirar tanto rato, y acabamos yendo mi hermana y yo en coche hasta el veterinario.
Y en el veterinario todo bien, pero tiene que pasar la noche alli, y cuando nos montamos para volver (mi hermana conduciendo, yo de copiloto, como en la vida real), uno de mis amigos (que en realidad no conoce a mi hermana, pero en el sueño se ve que sí) entra en el coche para hacerle una broma y arranca y se lo lleva, pero mi hermana tiene muy mala hostia y abre el maletero, y el chico entra en pánico y al incorporarse en una rotonda embiste por detrás a un policía que iba patrullando en bici, y el policía lo hace parar y le pone una multa por el atropello y otra por ir con el maletero abierto y entonces el policía le saca el brazo al chico por la ventana y le dice que le va a esposar y la puerta se abre y arranca al chico del asiento y lo esposa.

Todo esto después de que mis padres montaran una comida en la alfombra del comedor como si fuera un picnic, y yo me presentara sin pantalones porque eso de salir sin nada de cintura para abajo es algo común en mis sueños desde hace ya unos cuantos años.

Y éste ha sido un sueño mundano. Porque en el de ayer estaba en Madrid buscando una panadería para comprar algo dulce que comer, y se ve que hay una calle con todas las panaderías y pastelerías y demás tiendas de dulces de Madrid, pero no me dejaban pasar por vete a saber qué y me lo explican en inglés y yo "aha" y contestando superfluído en inglés, y después estoy esperando al metro en un cruce de calles y una señora dice "uy, ¿y ese humo?" y aparece fuego en la distancia, y fuego más cerca, y "el metro está en llamas" grita alguien, y el suelo estalla y aparecen columnas de fuego, y para salir de allí me pongo a saltar a lo Ranma de pilar de llamas en pilar de llamas hasta llegar a una zona de la acera indemne y segura y salir corriendo por mi vida.
No sé, comparado con éste, los gatos desencajamandíbulas son hasta esperables. .

Lo mejor de los sueños es que, en el propio sueño, a veces me doy cuenta de lo absurdo que es y cómo, por tanto, debo estar soñando. Y, obivamente, no tengo la epifanía en las partes (más) absurdas, porque eso sería hasta lógico.
Por ejemplo, en el sueño de los gatos es la ver que llevo ropa interior cuando entro en la fase consciente, diciendo "ah, al menos esta vez el sueño me ha dejado conservar los calzoncillos"; y en el sueño de Madrid ha sido el hablar en inglés lo que me ha llevado a ver lo irreal de la situación: "ojalá hablara inglés tan suelto como en estos sueños". ¿Que el suelo estalle y tenga que ir saltando de columna de fuego en columna de fuego para llegar a un lugar seguro? Eso pasa cada miércoles, no puedo estar soñando.

Figúrate.

Esta noche he tenido uno de mis sueños de futuro distópico propio de una novela de ciencia-ficción. Me ha encantado. Una lástima que no supiera exactamente qué estábamos haciendo, o contra qué luchábamos, pero el mundo parecía bastante bien definido. Salvo, uh, las habituales contradicciones oníricas, supongo. Y un par de cameos que no creo que tuvieran sentido. Pero los gatos siempre lo mejoran todo.
La verdad es que todo el sarao de los edificios me ha recordado un poco al NeoTokyo de Evangelion. Aunque nosotros no vivíamos bajo el miedo contínuo de un ataque de Ángel, sino más bien bajo el tradicional sistema tirano controlador y una sociedad muy hermética y controlada, enclaustrada en sus edificios, regidos por el Organismo fundado en su momento por la típica hecatombe mundial que diezma a la humanidad.
Creo que el trailer que vi ayer de Aurora tiene algo que ver. Aunque el trailer en sí me decepcionó bastante, al ver que la premisa prometedora pasaba a ser el habitual adolescente que no sabe hacer la O con un canuto digievoluciona a héroe perfecto que consigue a la chica de acción con siete hermanos mayores. Claro que lo vi en otro canal, con otro título, y no sabía que lo vendían como thriller romántico de sci-fi. (Because why not.)

Pasé por el tema de puntillas el lunes, y aunque tampoco es que haya mucho que expandir, estaría bien que le dedicara un espacio. Tengo de nuevo las manos pobladas de eczemas.
Están en las posiciones habituales, y de nuevo la mano izquierda es la que sale mejor parada. Y no me importaría, si no me hubiera cogido totalmente desprevenido.
Empecé a verlos a finales de la semana pasada, después de una semana supuestamente relajada y con buenos ánimos. Para lo que suele ser mi media anímica este año, al menos. No estaba happy summer wedding 200% cada día, pero sí había días en los que hasta me unía a la conversación durante la comida, o no huía a mi mesa nada más terminar. Eh, era un cambio al taciturno Sam de... bueno, de últimamente. La carga laboral tampoco es especialmente notable, y si bien es cierto que estoy asqueado y arrugo la nariz con bastante frecuencia, voy tirando. Sigo teniendo mis episodios de "por qué yo", y últimamente los combino con "no sé por qué tenemos que hacer esto, pero tampoco es que sepa hacer otra cosa así que ya me dirás tú qué hago con mi vida profesional", lo cuál entiendo que afecta pero no es algo nuevo.
Así que no tengo claro por qué salen ahora. Esta mañana he visto el de la palma de la mano derecha, lo que significa que estoy a dos eczemas de hacerme un completo.
Esta vez el del pulgar derecho está a full. A juzgar por el tono de piel, se va a extender mucho más de lo que lo había hecho jamás. Voy a tener que meter las manos en un regenerador celular, a este paso.

Nunca he visto Yu-gi-oh.

Me empecé a comprar el manga, cuando se publicaba en esos espeluznantes formatos grapa, como si fuera un comic de superhéroes, pero lo dejé porque Yugi me caía mal, y en realidad nunca llegué a empezar a ver los combates de cartas.
Por tanto, todo lo que he aprendido de las batallas de cartas viene por amigos en foros, que sí veían el anime, por un tanteo de algún juego de advance, y por tumblr.

Así que imaginaos lo hilarante que ha sido que en mi sueño de hoy hablase con leoshito del Dragón Blanco de Ojos Azules y de enviar a la gente al Shadow Realm.
No ha durado mucho, pero al despertarme lo he encontrado divertido.

He soñado otras cosas algo más preocupantes, pero se me han ido de la cabeza así que no me atormentarán por ahora. Ya tengo el recuerdo del Holi para ello.

A veces he soñado lo mismo en diferentes ocasiones, y cada vez que lo soñaba era ligeramente diferente. Lo que no recuerdo que me haya pasado hasta ahora es soñar lo mismo tres veces seguidas en la misma noche, y cada vez añadir diferencias.

Decir que ha sido extraño es decir una obviedad. Es un sueño, y es mío, por definición es extraño.

En el primer sueño nos estaban desalojando por parejas de un edificio con carros tirados por pegaso (una persona montando en el pegaso, la otra en el carro. Sin cinturón. Dejadme que os diga, que me ha tocado ir en el carro, que cuando el que monta al pegaso no te da tiempo ni a asegurarte las gafas te pones de los nervios. Y cuando el pegaso se despeña por el bosque porque no acaba de volar y ves que llega a un precipicio... Emocionante salida, sin duda), y en general el resto ha sido uno de mis tradicionales sueños-huída, donde estamos escapando de algo o de alguien sin saber bien bien el qué y vamos por bosques y zonas derruídas.

En el segundo sueño, la primera revisión, la cosa ha sido más divertida, porque se han cruzado mutantes de por medio.

El tercero y último, la segunda revisión, ha sido más estresante, porque esta vez sí que conocíamos a quien nos pisaba los talones. De hecho, ha sido el único que ha incluído la escena donde se presenta y empieza la huída.
Hilarante la aparición del groovitron de Ratchet y Clank para hacer bailar a la malísima y darnos la oportunidad para huir. Igual de hilarante la huída a través de los pasillos de un supermercado gigantesco (imaginad un Tesco o un Mercadona con pasillos estrechos y lleno de gente, hasta los topes) donde a veces había leones o velociraptores. Pero todo ha valido la pena porque volar cual Bala de Cañón mola mil.

Eso sí, no ha sido tan hilarante tener el corazón desbocado al despertarme. En el momento en que he despertado no estaba precisamente estresado dentro del sueño, así que tener el corazón latiendo a mil por hora como si estuviera a punto de explotar me ha dado un poco de cosa.

Siempre me sale empezar una entrada diciendo "no es normal en mí", pero me da la impresión que he usado ese pie para este tema tantas veces que quizá sí empiece a ser normal. Por mucho que el íncide de ocurrencias sea suficientemente bajo como para que siga teniendo sentido.

Bueno pues, que esta noche no he dormido del tirón.

Por suerte, no soy de esas personas que se desvela completamente a las tres de la madrugada y ya no concilia el sueño y acaba por ir zombie todo el día. A mí a tozudo no me gana nadie, y si por alguna jugarreta de Morfeo me adelanto al despertador soy capaz de ignorarlo y seguir inmóvil hasta que el sueño vuelve a secuestrarme el consciente. Rara es la vez que abro los ojos, incluso.
(Hay gente que envidia mi facilidad para dormirme, y mi facilidad para aparentar que estoy dormido. Debo reconocer que son dos habilidades de las que estoy tremendamente orgulloso. Pese a que nunca les he sabido sacar auténtico provecho, sí debo admitir que tienen bastantes ventajas.)

Lo diferente esta vez ha sido que, pese a estar consciente (iba a decir "plenamente consciente", pero no sé si sería verdad), estaba relajado. Extremadamente relajado. A un nivel al que nunca había llegado.
A veces me he despertado después de una de esas noches mágicas en las que duermes lo justo y te despiertas reposado y relajado, como si te hubieran quitado cualquier tipo de tensión de encima. Cuando esta noche me he despertado ha sido algo más extremo que esto. Es difícil de explicar, porque creo que aún estaba algo tocado por el sueño xD
La parte más curiosa era que aunque por propiocepción sabía cómo estaba durmiendo, era incapaz de sentir nada. Como si mi piel fuera totalmente insensible.

Ha sido más divertido que raro, así que me he regodeado en la sensación de tensión nula y me he quedado así, disfrutando de no sentir nada hasta que he vuelto a dormirme.
(Pensaba que no lo conseguiría tan rápidamente, el vecino tenía la tele tronando, pero no debo haber tardado más de cinco o seis minutos en volver a dormir.)

Encima ha sido una noche de sueños absurdos, antes y después de la experiencia relajada extrema. Qué queréis que os diga, para seis horas y media de sueño que he tenido, me da que las he amortizado a base de bien.

¿Sabéis esos días en que no tienes ganas de nada, estás cansado, tu apatía te puede y sólo piensas en que termine todo? Hoy ha empezado así... antes de despertarme.

Ayer tuve un día bastante malo. Últimamente en el trabajo estoy excesivamente disperso y, cuando logro recuperar el foco, me encallo sobremanera. Llevo prácticamente cuatro días haciendo módulos de formularios, porque el login corporativo se me atasca y nadie sabe echarme una mano.
Pero es que al salir del trabajo la cosa no mejoró. Me tropecé subiendo las escaleras de la estación del tren de Sabadell; la clase de salsa la hice fatal (las cosas me salen muy bruscas); y para colmo volví a tropezarme con las escaleras de la estación volviendo a casa (no porque fuera en tren a salsa, sino porque al volver crucé la estación para llegar a casa. Es más corto cruzarla que rodearla, y más con las obras.) (A salsa al final fuimos varios en un coche. Los que tienen carné y vehículo se van a ir turnando cada semana, para así distribuir el gasto de la gasolina. No me parece mala idea. Aunque yo me siento deudor de más gente así. Go me.)

Por la noche, como la neurona vio que eso de tropezarme y de sentirme humillado valía mucho la pena, decidió compensar el buen rollo del sueño de ayer haciéndomelo pasar mal hoy.

( No es exactamente 'mal'. Es... otro tipo de 'mal'. )

La verdad es que después de escribirlo no parece nada del otro mundo (es de los más coherentes que he tenido estas dos semanas), pero os aseguro que me he despertado mal, hundido es poco. Quizá me estoy olvidando de la parte que realmente me hizo sentir como una mierda. Es posible.

Eso sí, lo de la anciana koreana te lo podrías haber ahorrado, subconsciente.

Madre mía, estoy tan afectado por no haber podido ir de compras el fin de semana pasado y dudar de mi disponibilidad para ir de compras este fin de semana que esta noche he soñado que iba de rebajas.

No me considero un enfermo de las rebajas, sino más bien alguien que compra cuando le hace falta. Y me hacen falta unos náuticos nuevos, que los que tengo se aguantan de milagro en mi pie. Y como es algo que voy mirando siempre que paso por una zapatería, supongo que mi subconsciente debe haber entendido que es importante y ha decidido dar salida a mi frustración recompensándome en sueños con unos náuticos justo como los quería por sólo 30 euros. Claro que no sabía que eso no ayuda mucho, porque la despertar los zapatos se han volatilizado, así que estoy igual que antes.

Pero por buenas intenciones que no sea.

En Juego de Tronos, el pequeño Stark se despeñó por pillar a dos hermanos haciendo algo que llevaría a un sector del fandom de Supernatural al instagasmo perpetuo. Desde entonces, el chiquillo sueña que, mientras practica su puntería con el arco, un cuervo de tres ojos le viene a visitar y le conduce por las entrañas de un castillo.

No sé exactamente qué significa: ¿tiene el niño poderes? ¿está su subconsciente haciéndole recordar lo que pasó antes de despeñarse? (¿Por qué tiene un subconsciente tan mal intencionado?) ¿es zoofílico? Algo tiene que significar, porque es un recurso usado habitualmente cuando se cuentan historias, el del niño siendo visitado por un animal, y más si tenemos en cuenta que en Canción de Hielo y Fuego los cuervos son el ave mensajera por excelencia.

Ayer reflexionaba sobre el niño y el cuervo de tres ojos que se le aparece en sueño, mientras veía la escena en el capítulo 6 de Juego de Tronos, sobre si realmente tendría significado, y sobre por qué el cuervo tiene que tener un ojo en la frente, y si realmente lo tiene desde el principio o sólo después de posarse sobre la cabeza de la estatua del huargo. Algo debí pensar que me condicionó. Quizá mi subconsciente se picó y decidió demostrar que él también puede enviar mensajes mediante sueños.

Así que dicho y hecho, en el sueño de hoy estaba yo en mi presunta casa (que en realidad es un primero pero en el sueño era un noveno) y mientras abro la ventana para coger la mesa plegable que tenemos colgada en la pared (por la parte de fuera. Sí, he soñado que guardábamos una mesa de comedor plegable colgada de la pared de un noveno por la parte de fuera. Así es como funciono.) entra un urraco diminuto.
¿Qué hace la persona, según el tópico, que se encuentra con un pájaro de mal agüero en un sueño? Lo mira extrañado, lo escucha graznar un par de veces y cuando ve que se aleja, lo sigue.
¿Qué hago yo cuando me encuentro con un pájaro de mal agüero en un sueño? Le doy un costalazo al bicho que lo dejo medio-tonto, se parte un ala al golpear el suelo. Entonces lo recojo del suelo y lo tiro por la ventana. De un noveno.

Parece que mucho caso a los mensajes de mi subconsciente no hago, no.

(¿Y si era importante? ¿Y si quería descubrirme algo que cambiaría mi vida para siempre? Maldita sea, Sam, ya te vale. Tienes que sacar la mala leche en sueños, manda narices.)