Que pechá de caminar me he metido esta mañana. Desde las nueve hasta casi las dos correteando. Hasta he tenido que coger el tren (podría ir andando a Sant Quirze, pero hoy tenía que hacer la comida y no podía permitirme retrasarme más de lo necesario. Aunque si contamos el tiempo que he gastado esperando al tren...)
Siempre hay compras de última hora por hacer. Algunos retoques en las listas, familiares que han comunicado qué quieren sus churrumbeles por Reyes (en mi familia celebramos Navidad cada uno en su casa y dejamos los regalos familiares para Reyes, por honrar la tradición.), sorpresas imprevistas.
Aprovechando que tenía que lanzarme a las tiendas de nuevo, hice un poco de inventario de cosas que Realmente Me Hacen Falta. Y para mi horror descubrí que tendría que visitar papelerías.
El único problema con las papelerías es que me dan ganas de comprar de todo. Haga o no haga falta. Las estanterías llenas de libretas, paquetes de folios, estuches de lápices de colores, pilots a tutiplén me tientan, me provocan, no puedo resistirme a ellas.
Ha sido difícil, pero al final he salido victorioso de las visitas a tres papelerías diferentes. Una de ellas un Abacus (no sólo tiene material para aburrir, sino también manualidades y libros. Muchos libros.)
La victoria ha consistido en hacerme con todos los elementos clave de la lista y sólo llevarme un capricho. Es una señal de que estoy madurando, sin duda.
- Por fin he comprado un archivador de fuelle. Me hacía falta para ordenar todos los papelajos que tengo por cajones y en cajas de Cosas de Adultos (papeles del banco, de la empresa -contratos y nóminas-, facturas de compras online -bookdepository en su mayoría-). No eres realmente un adulto hasta que no tienes un archivador para los papeles que hay que tener a mano.
Luego, para cosas como históricos, hay que comprarse un carpesano archivador, de esos que tienen anillas grandes y lomos gruesos, y pasarte un par de fines de semana agujereando y catalogando todos los papeles "viejos". Por si necesitas mirar papeles de cuatro o cinco años atrás. No vas a tenerlo todo en el fuelle, que el pobre estaría a explotar. Como no tengo aún histórico documental suficiente, no requiero de carpesanos de este estilo. - También me he comprado bolígrafos de tinta líquida y punta de tungsteno (por alguna razón me siento más siglo-XXI al usar bolígrafos con punta de tungsteno) para tener a mano. Hice limpieza de todos los bolígrafos que no escribían o estaban agotados y me quedé sin en el portalápices que tengo en el escritorio. Así que ahora ya tengo todo de bolígrafos, y encima funcionan. Y tienen tinta. Es todo un lujo.
- No he comprado lápices, aunque he estado tentado. Todos los portaminas funcionan estupendamente, y los dos de madera tienen buena salud. Podría haberlos comprado, pero me he resistido.
- He comprado unos cuantos eco!edding, para escribir en cajas de cartón.
- Y un rollo de celo. ¿Sabéis lo difícil que ha sido encontrar un rollo de celo suelto? En las dos primeras papelerías que he entrado sólo tenían el celo ya con el dispensador, en lugar de rollos sueltos; y en la segunda encima sólo te los vendían de tres en tres. Menos mal que mi Abacus tiene de todo. Aunque haya tenido que rebuscar por las estanterías para encontrarlos.
(Como inciso: me he vuelto experto en rebuscar por las estanterías. He encontrado de todo en las estanterías del Corte Inglés. Cosas que ni los dependientes sabían que tenían. BWAHAHAHAHA!!) - Para rematar la faena: un pack de tres tipp-ex!pen "apreta y sale" (que el tipp-ex que tengo es de cuando hacía la carrera, comprado alrededor de 2001. No sólo tiene tipp-ex aún sino que sigue funcionando. Con un par.) y una barra de pegamento Imedio (cuando tuve que enviar las postales de Navidad y descubrí que los sobres de las postales no tenían pegamento "lame y me activo", acabé con el pegamento que me quedaba.)
( Y éste es mi caprichito. )En el Corte Inglés ha sido cuando me ha tocado la lotería:
- Me he encontrado con que lo que iba a comprar estaba de oferta súper-especial y me he ahorrado 30 euros.
- Rebuscando en las estanterías he encontrado a un capitán lejos de su tiempo. Ya sólo me quedan dos. EXCELENTE.
Para terminar de rematarlo, he descubierto la versión española de Ten!Doctor. Uno de los dependientes del ECI es igualito: la misma complexión, la misma forma de la cara, nariz delgada y puntiaguda, gafas, el peinado algo más corto pero de estilo muy similar, la camisa le sentaba de miedo...
Se llama David, como Tennant. He muerto un poquito, tengo que admitirlo.
Al volver a casa me he encontrado con uno de los dos pedidos activos de
amazon.co.uk. Todo según lo previsto.
Sabía que si hoy salía de casa, intentarían entregarme un paquete. Es una de esas cosas que sencillamente sabes. Te levantas y aparece el conocimiento en tu mente como si alguien te lo hubiera puesto durante la noche. O quizá por cómo huele la ciudad, con un aire cargado y mucha humedad (para luego hacer un sol de finales de Primavera).
Hoy era el día ideal para provocar a correos.
Por la Ley de Murphy, cuando llevas una semana esperando con ilusión que algo llegue a casa, llegará justo el día que tienes que pasarte la mañana fuera.
Por una vez, he sido más listo que el KosMos y lo he pillado en los proverbiales gallumbos: mi hermana estaba en casa y ha podido abrir a la cartera y recibir el paquete por mí.
Y, por una vez, el KosMos ha decidido darme esta batalla, y realmente se ha podido hacer la entrega: mi hermana no se ha negado a levantarse y abrir a la cartera, los de correos no han optado por la maniobra habitual de pasar el papelito "he pasado a tal hora pero no había nadie y me llevo el paquete a la central. Ven a partir de mañana a recogerlo"... Debe ser que hasta el KosMos siente el espíritu navideño. ¿No es maravilloso?
Gracias a todo esto, Fenix ya no está tan sola. Y espero que se le pase la etapa de devoradora de estrellas. Nos tenía un poco preocupados, a Zhaan y a mí, con todo ese rollo de Fénix Oscura.
(Madre mía, qué de churros nos hemos comido. Qué barbaridad. Qué buenos estaban. Con su chocolate y su nata. Es que en casa somos de suizos. Nos vuelven locos, los suizos. Con churros bien buenos, claro. De los gordos, gordos.)
(Mente limpia, mente limpia, mente limpia...)